viernes, febrero 03, 2006

La casualidad surge, y con ella sus refutadores y sus corraboradores

Soñó Guayaba con sus gatas y con un interesante insecto en forma de reptil, que era el protagonista, y que de a poco, fue perdiendo protagonismo.
Dos cosas al respecto:
La primera es que en la Introducción, que es lo inaugural que surgió en este rincón, aunque el formato de ésta página siempre lo mostrará físicamente como último, se hablaba de intentar no caer en eso de usar esto como un diario personal y de pretender ser útil al lector en general. Y en la segunda entrada, ésta, se abre contando un sueño.
¿Tan poco duran los ideales del dr. Guayaba?. No (al menos en este caso). Este comienzo no es en vano y da lugar a tocar dos temas otros que desde aquí se desprenden.

Contar un sueño

Despertar abruptamente de un sueño es la primera ayuda a retenerlo. Seguidamente, contar a alguien el sueño es la otra manera de recordarlo, de recrearlo en la memoria. Pero este comienzo aparentemente new age, aquí muere a dios gracias. Contar un sueño tiene que ser un trámite rápido y conciso, ya que el narrador del mismo, entusiasmado en su discurso, se mete en su mundo de fantasía y narra con entusiasmo, muchas veces sin tener en cuenta al tolerante receptor, que debe escuchar una historia descabellada, desordenada, generalmente entrecortada, y con el plus de saber que es una ficción, mayormente inconexa. El soñador en cambio, no suele vivirlo como ficción en el momento de transcurrir esas situaciones, pero el receptor, al saber a priori que se trata de una mentira, lo vive de una manera muy poco entusiasmante. Por eso, lo que sugiero el doctor, mientras sea posible, es contar un sueño como algo que ha pasado realmente, de ese modo, podrá hacer interesar algo más al receptor, hasta que la fantasía sea tal que éste se entere que se trata de un sueño, cosa que a veces le sucede al soñador cuando decide despertar. Guayaba soñó que sus gatas jugaban con ese insecto extraño en forma de reptil, o tal vez un reptil extraño en forma de insecto, pero él, para evitar la muerte del mismo, lo cuidaba de los zarpazos de las gatas. Casi al final del sueño, ve al insecto – reptil partido al medio, con un perfecto corte, al mirar el lado divinamente cortado veía un dibujo similar al del jabón artesanal de palta que se compró recientemente. Un timbre violento lo despertó por la mañana.

La pesada puerta de dos hojas

Sonó el timbre, Guayaba se vistió a medias a las apuradas y salió al pasillo. Se sorprendió al ver la puerta entreabierta. Se inclinó hacia la calle a mirar a los laterales y nada. Nadie abrió la puerta. Al rato se acercó una vecina y le dijo que ella fue quien tocó el timbre, que no sabía si habían entrado ladrones, que su suegro saca al caniche a las seis de la mañana y que le dijo que la puerta ya estaba abierta. Concluyó el doctor Guayaba que la cerró mal la noche anterior, al tirar la basura. La puerta quedó abierta por más de 12 horas. Se trata de una gran puerta antigua de dos hojas que se le da por fallar, y cuando uno cree que cerró, sucede que rebota y queda abierta. Cerró con llave y decidió que siempre estaría con llave de ahora en más. Fué a la cocina a calentar café. Al volver al pasillo y mirar la puerta vió a Cristina, una de sus gatas, sentada al pie de la puerta cerrada. Ese lugar no es común para ella. Sus gatas, que nunca salen, han estado saliendo y entrando vaya uno a saber cuantas veces, pensó.
Partir al medio un reptil en forma de insecto o un insecto en forma de reptil, ejemplar único en el mundo, eso es una clara travesura. Salir a la calle con la puerta que accidentalmente quedó abierta, también es una travesura. Soñó que sus gatas hacían travesuras y las estaban haciendo. Soñó que se descuidaba y que por eso ellas mataban ese único ejemplar, dividiéndolo al medio en partes iguales.
¿La puerta abierta, con hojas en partes iguales, representaban al insecto?.
No, es la respuesta.
Algunos psicólogos, psíquicos, incluso hasta críticos de arte, suelen hacer la misma tarea, aquella de matar la casualidad y convertirla en causalidad.

1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

dr guayaba. cómo me gustan sus dibujitos...!!!!

viernes, febrero 17, 2006 10:30:00 p. m.  

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